Temperatura normal en adultos mayores: Consejos clave

Un Dato Fundamental: ¿Qué tanto dice la Temperatura?

Más de lo que parece. Con base en una tesis de la Universidad Galileo en Guatemala, el cuerpo humano ajusta su temperatura constantemente para mantener el equilibrio interno. Sin embargo, en personas mayores, este mecanismo puede volverse más sutil. No todo aumento es fiebre, ni toda fiebre se nota como tal. Por eso, entender sus rangos normales no es solo una cuestión técnica, sino una herramienta clínica esencial. A continuación veremos todos los datos básicos relevantes sobre la temperatura normal en adultos mayores y su medición.

¿Cuál es el valor esperado?

¿Existe un número exacto? No. Pero hay márgenes útiles que sirven como referencia. Según un artículo de Medical News Today, en adultos mayores de 65 años los valores pueden variar dependiendo del método utilizado:

  • Axilar: entre 35.6 °C y 36.3 °C. Se utiliza con frecuencia por su bajo riesgo.
  • Rectal: entre 36.2 °C y 37.3 °C. Aunque más precisa, no siempre es la opción más viable.
  • Oral: entre 35.8 °C y 36.9 °C. Menos común en geriatría, debido a dificultades en su aplicación.
  • Timpánica o frontal (infrarrojos): Entre 35.8 °C y 37.5 °C. prácticos, pero sensibles a factores externos como cerumen o posición del dispositivo.

¿Un dato poco conocido? La temperatura no es constante a lo largo del día. Tiende a bajar entre las 2 y 4 de la madrugada y a subir entre las 6 y 10 de la noche. Este patrón se conoce como ritmo circadiano, y conviene tenerlo presente antes de alarmarse.

doctora realiza la toma de la temperatura normal en adultos mayores

¿Qué puede alterar la lectura?

¿Tomaste la temperatura justo después de una sopa caliente? ¿O tras ayudar al paciente a caminar? Esos detalles cuentan. La temperatura normal en adultos mayores puede cambiar por motivos que no siempre se relacionan con enfermedad:

  • Ejercicio reciente o movimientos prolongados
  • Ingesta de bebidas calientes o alimentos justo antes
  • Exceso de ropa o calefacción elevada
  • Cambios hormonales o metabólicos propios de la edad
  • Infecciones sin fiebre aparente

¿Sabías que algunos adultos mayores no hacen fiebre ante infecciones? Así es. El sistema inmunológico puede responder de forma atenuada, haciendo que infecciones serias pasen desapercibidas si no se presta atención a cambios pequeños.

¿Cuándo prestar especial atención?

Una variación leve no siempre es motivo de preocupación, pero hay rangos que no se deben ignorar:

  • Hipotermia (menos de 35.6 °C axilar o 35.8 °C oral): puede presentarse con piel fría, somnolencia o desorientación. No siempre está relacionada con el clima; a veces revela un desequilibrio interno.
  • Hipertermia (entre 36.9 °C y 37.4 °C oral sin causa aparente): no es fiebre, pero indica que el cuerpo no está regulando bien el calor. Suele acompañarse de debilidad, enrojecimiento o fatiga.
  • Fiebre (más de 37.5 °C oral o 37.3 °C rectal): en la mayoría de casos, apunta a una infección, aunque los síntomas clásicos como escalofríos o dolor de cabeza pueden estar ausentes.

¿Cómo tomar la Temperatura normal en adultos mayores?

El detalle importa tanto como el número

¿Medir temperatura es algo automático? No debería serlo. En adultos mayores, este procedimiento exige más que presionar un botón: requiere pausa, técnica y sentido clínico. Una lectura mal hecha no solo confunde, puede llevar a decisiones equivocadas. Por eso, aunque el instrumento cambie, hay principios que se mantienen: reposo previo, entorno tranquilo y técnica bien aplicada. Para esta sección nos basamos en un capítulo de la Guía para el manejo de Urgencias de la Fundación Cardioinfantil en Colombia.

a) Vía axilar: frecuente, pero no improvisada

¿Por qué se prefiere esta zona? Por comodidad, sobre todo en entornos institucionales. Sin embargo, esa facilidad no justifica descuidos.

  • ¿La axila está seca? Si no, el resultado puede alterarse.
  • El bulbo debe quedar bien centrado, no apenas apoyado.
  • El brazo debe cruzarse sobre el pecho y mantenerse firme.
  • ¿Tiempo? En los termómetros de mercurio o digitales tradicionales, no menos de cinco minutos.

Dato útil: esta vía suele marcar entre 0.3°C y 0.5°C menos que la oral. No es un error, es parte de su naturaleza.

b) Medición oral: precisa, pero no para todos

¿Funciona bien? Sí, si se cumplen ciertas condiciones. El paciente debe estar despierto, colaborar y no tener lesiones o molestias bucales.

  • Hay que esperar al menos 15 minutos si ha comido, bebido o fumado.
  • El sensor se ubica debajo de la lengua, y se mantiene cerrado sin hablar.
  • En termómetros clásicos, se requiere cerca de 4 minutos para obtener una lectura confiable.

¿Contraindicaciones? Personas con deterioro cognitivo, riesgo de convulsión o problemas para seguir instrucciones.

c) Vía rectal: exactitud que requiere criterio

¿Por qué se usa poco en adultos mayores? Porque implica una intervención más delicada. Sin embargo, hay casos clínicos donde se justifica.

  • Se emplea solo con guantes y lubricante.
  • La postura recomendada: paciente de lado, con pierna superior flexionada.
  • El ingreso del termómetro debe ser suave, sin forzar.

Curiosidad clínica: esta vía suele reflejar entre 0.5°C y 0.7°C más que la oral. Siempre hay que considerar ese margen cuando se trate de la temperatura normal en adultos mayores.

d) Termómetros infrarrojos: útiles, pero no infalibles

¿Miden rápido? Sí. ¿Miden bien? Solo si se usan correctamente. Son una opción válida en pacientes con movilidad reducida o trastornos cognitivos, pero:

  • Deben estar calibrados y limpios.
  • El ángulo de medición y la distancia influyen más de lo que se piensa.
  • Cada fabricante da indicaciones que deben respetarse, incluso si parecen detalles menores.

Son aliados en contextos con alta carga asistencial, pero no sustituyen la atención clínica.

personal de enfermería en hogar geriátrico tomando la temperatura de una adulta mayor

Más allá del Termómetro: Lo esencial en el Cuidado geriátrico

  • Siempre desinfectar el equipo antes y después.
  • Proteger la intimidad del paciente, en especial con métodos invasivos.
  • Registrar de inmediato, en plataformas digitales seguras, para evitar olvidos y garantizar trazabilidad.

Porque medir bien la temperatura no es solo una rutina: es una forma de observar, de cuidar, de anticiparse. En el mundo del adulto mayor, cada paso cuenta.

El reto: Signos vitales con Sentido

¿Qué pasa cuando un cuerpo ya no reacciona como antes? En geriatría, esa es la pregunta que guía cada control de signos vitales. Porque en esta etapa de la vida, una leve variación —incluso imperceptible para muchos— puede ser el inicio de algo serio. No siempre hay fiebre alta. No siempre hay temblores. A veces, una mínima elevación anticipa lo que aún no se ve.

Jefe de enfermería cuidando a un adulto mayor con adminsalud software en un centro geriátrico

¿Existe una Temperatura normal en adultos mayores?

Se suele decir que entre 35.6 °C y 37.5 °C, dependiendo del método de medición, está el rango esperado. Pero, ¿realmente se puede aplicar una misma medida para todos? En adultos mayores, la respuesta es más matizada. Con el paso del tiempo, el cuerpo regula el calor de otra manera, y los valores normales tienden a ser inferiores. Infecciones que en otros generan fiebre, en ellos pueden pasar desapercibidas. Y eso no es todo: hay casos de hipotermia sin frío externo. Por eso, no basta con saber usar el termómetro: hay que saber cuándo preocuparse.

Tecnología que acompaña, no reemplaza

¿Digitalizar es solo modernizar? No. Es asegurar el cuidado. Un sistema como AdminSalud no se limita a registrar temperaturas: ofrece trazabilidad, alertas, continuidad. Permite saber qué pasó, cuándo, con qué contexto. Y eso cambia todo. Ya no se depende de la memoria ni de apuntes en papel. Cada dato tiene un lugar, un tiempo y un propósito.

Lo más importante es seguir el rastro

¿Una sola toma dice la verdad? Rara vez. Lo que importa es ver cómo se comporta el cuerpo en el tiempo: si sube, si baja, si cambia al mediodía o en la noche. Los registros digitales permiten identificar patrones que el ojo podría pasar por alto. Y esos patrones, bien leídos, salvan tiempo, recursos… y vidas. Si te interesa conocer sobre los demás signos vitales visita el siguiente artículo que aborda el tema.

¿La fórmula? Juicio clínico + registro inteligente

El profesional de salud tiene el criterio. La tecnología, la memoria. Juntos, construyen un tipo de cuidado que no improvisa. Cada signo vital, bien leído y bien registrado, deja de ser solo un dato. Se transforma en un mensaje, en una advertencia o en una confirmación. Porque en el universo del adulto mayor, incluso una décima puede marcar la diferencia.

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